Washington, 2 de mayo de 2025 —
La economía de Estados Unidos registró su peor desempeño desde 2022 en el primer trimestre de 2025, con una contracción del Producto Bruto Interno (PBI) de -0,3 % en términos anualizados. Esta caída, anunciada por el Departamento de Comercio, se da en medio de una fuerte incertidumbre económica provocada por los abruptos cambios de política comercial impulsados por el presidente Donald Trump.

El dato representa una desaceleración brusca en comparación con el crecimiento del 2,4 % observado en el último trimestre de 2024 y está muy por debajo de la previsión de los analistas, que proyectaban un aumento del 0,8 %. La reacción de los mercados fue inmediata: el Dow Jones retrocedió 400 puntos, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq cayeron un 1,5 % y 2,2 %, respectivamente.
Aranceles y déficit comercial: los factores detrás de la caída
Los analistas señalan que la principal causa del declive fue el aumento drástico del déficit comercial, vinculado a la política arancelaria de Trump. Las importaciones se dispararon un 41,3 % debido a que empresas y consumidores se adelantaron a nuevos gravámenes, mientras que las exportaciones apenas crecieron un 1,8 %. Esta diferencia comercial se convirtió en el mayor lastre para el crecimiento económico en un solo trimestre desde que existen registros (1947).

Al mismo tiempo, el gasto del gobierno federal cayó un 5,1 %, reflejando una contracción en el gasto público que también contribuyó a la debilidad del PBI. A pesar de esto, algunos sectores mostraron resiliencia: la inversión empresarial creció un notable 9,8 %, mientras que las ventas finales a compradores privados nacionales —un indicador clave de demanda interna— subieron un 3 %.
Consumo debilitado y empleo en pausa
Otro signo preocupante fue la desaceleración del consumo, que representa el 70 % de la economía estadounidense. El gasto de los consumidores creció solo un 1,8 %, frente al 4 % del trimestre anterior, siendo la tasa más baja desde mediados de 2023. Esto refleja un cambio en el comportamiento de los hogares ante la incertidumbre económica y la posible inflación derivada de los aranceles.

En el frente laboral, los datos tampoco son alentadores. Un informe separado mostró que las empresas privadas crearon solo 62.000 empleos en abril, una caída considerable respecto a los 147.000 de marzo. La economista jefe de ADP, Nela Richardson, calificó el ambiente como de “inquietud”, señalando que las decisiones de contratación se han vuelto más complejas en un contexto político y económico volátil.
¿Recesión a la vista?
Aunque una contracción trimestral no basta para declarar una recesión, los analistas advierten que el margen es estrecho. “Estamos caminando por una delgada línea”, advirtió Gregory Daco, economista jefe de Ernst & Young. Si las políticas arancelarias se intensifican, el riesgo de una recesión técnica —definida como dos trimestres consecutivos de caída del PBI— aumentará considerablemente.
El desempleo se mantiene en un nivel relativamente bajo (4,2 %), y la inversión empresarial sigue activa. No obstante, la combinación de políticas impredecibles, reducción del gasto público y desaceleración del consumo podría poner a la economía estadounidense al borde de una nueva contracción prolongada.
FUENTE: CNN