La Asociación de Emprendedores Ecuatoguineanos, EMEG, es un organismo sin ánimo de lucro. Fue creada en el 2018 por un colectivo de este sector para aunar las fuerzas e ideas que les lleven a la mejora. La EMEG tiene como principal objetivo aumentar las oportunidades económicas a todos los de su gremio, mejorar el ecosistema de los negocios, crear empleos y competencias a nivel africano.
Para seguir luchando con su propósito, organizó su segunda edición de Malabo Business Up en Locos por Cultura de Banapá, frente al antiguo restaurante Somagec. Pese al aforo limitado, la sala estuvo repleta de participantes para adquirir las experiencias que compartieron los ponentes. Los expositores fueron Carlos Sendje, Director Adjunto de Ecobank, Rafael Máyer, Director General de Bonafide y Ricardo Villarrubia como representante del Instituto Nacional de Promoción y Desarrollo Empresarial, INPYDE.
Por su parte, el presidente de la organización realizadora del evento, Pablo OLIVERA FAIX, en su breve discurso de apertura puntualizó que “los puntos a tratar serían el acceso al crédito, los papeleos y los problemas que hay en él”.
Primero cabe resaltar qué es este término, pues el crédito o contrato de crédito es una operación financiera en la que una persona (el acreedor) realiza un préstamo por una cantidad determinada de dinero a otra persona (el deudor) y en la que este último, se compromete a devolver la cantidad solicitada en el tiempo o plazo definido, además de pagar intereses devengados.
Carlos Sendje tomó la palabra en el sentido estricto del tema para abordar acerca del crédito. Y precisó de antemano que “los emprendedores lo tienen muy difícil porque el contexto de la economía actual es duro” porque se requiere muchas cosas ya que “los requisitos a cumplir son complicados”. Continuó diciendo que todos estos datos oscilan entorno a la seguridad, que es lo único que encuentran como barrera para adquirir el crédito.
No obstante, fue más contundente a la hora de citar y detallar lo que son las exigencias para tener acceso a un préstamo. En su intervención durante el evento dijo que “se necesita conocer tu fuente de reembolso, las garantías de devolución y la información fiable”, éste último constituye el plato fuerte, según el ponente.
La información refleja la reputación del que pide el crédito ya que con ella se denota la responsabilidad del que pide.
En un giro un poco diferente Rafael Máyer empezó de hablar para relajar a los participantes. “Todos pueden esforzarse en conseguir este papeleo”.
Arrimó el hombro a los mismos. “Bonafide, al ser un banco pequeño, también se centra en grupos determinados de personas”, evidenció, “ya que las grandes empresas necesitan financiación para seguir funcionando, por qué no iban a necesitarlo las pequeñas. Pues Bonafide está para ofrecer créditos a los pequeños emprendedores”.
Aunque llamó la atención en otro problema. “El sistema financiero se nutre de los ahorros de los ciudadanos y muchos no están acostumbrados a mover su dinero en el sistema, cosa que afecta en gran medida a los emprendedores”.
Por su parte Villarrubia invitó a los prestamistas a mitigar las barreras para conceder crédito a los creadores de negocios, ya que son ellos los que generan autoempleo y empleo a los demás ciudadanos.
Ante la incertidumbre sobre la necesidad de pedir un crédito si tengo la capacidad de ahorrar, Sendje tiró la pelota en los pies de los emprendedores diciendo que son ellos los que deberían explicar el por qué necesitan el crédito.
No obstante, Máyer intervino para anotar que es cuestión del tiempo que necesita el emprendedor para iniciar o ampliar su negocio.